miércoles, 27 de octubre de 2010

MADEMOISELLE AMSTERDAM




...Yo también conocí a Mademoiselle Amsterdam en francés, en la voz de Brel, no recuerdo si en si bemol o en qué lugar más allá de las estrellas...
...Transcurre el paisaje por la ventana: campo, olivos, Mancha quijotesca, casas blancas. El movimiento me parece mentira, como me parecían mentira tus labios rojos marcados en los restos de un amsterdamer durmiendo en el fondo de un cenicero, después de haber sido humo azul entrando y saliendo de tus pulmones, y jazz, y páginas de Cortázar, perdidas, como uno pierde los papeles en un ascensor cuando estás a menos de veinte centímetros...



...Amsterdam era Brel. Brel ha tenido que ver con casi todos los sueños que he tenido, que he avivado con un mínimo de fuego, porque en realidad me doy cuenta de que no he hecho otra cosa que buscar fuego: latidos acordes, lenguas rítmicas, todos esos "no me dejes" no eran más que fuego, o restos de fuego, o todos los fuegos el fuego, cuatro veces fuego, setenta veces siete fuegos...
...Amsterdam era todas las ciudades lejanas: los desiertos que nunca conquisté capitaneando un ejército de elefantes monstruosos, los cuentos olvidados en desvanes, los papeles donde escribí algo crucial hace años y ahora son palabras irrisorias...



...De madrugada me dejarás dormir entre tus piernas, como si yo fuera un angel caído, y tú la más feroz y tierna de las topografías incógnitas...

...De madrugada un avión me llevará a Mademoiselle Amsterdam. Un avión de los muchos que rasgan estruendos en los cielos de la vieja Europa me llevará a Jacques Brel, me llevará a tus labios rojos fumando un amsterdamer hace más de una década, un avión me llevará a un dónde estarás ahora, mientras mis botas gastadas caminarán unas calles que nunca habían pisado antes...



...Te diré todos los ne me qutte pas del mundo, nos besaremos en los tranvías, beberemos vino, nos subiremos a todas las camas y celebraremos cómo se las gasta los mares del norte de Europa con las ausencias y el frío y las manos en los bolsillos...
...Bailaremos todos los valses del mundo...
...Eso sí, prometo no buscarte nunca más...

Miguel Ángel Maya
A-4 (Sevilla-Madrid), 27 octubre, 2010

P.D. Las fotos están tomadas del blog Are you feeling sinister?

domingo, 24 de octubre de 2010

VESTIDA DE DOMINGO



"Y casi siempre te confundo
en el carmín de las tenderas"

Paco Cifuentes




...En las cuerdas de la guitarra que ahora yace, duerme, en la esquina de la habitación desordenada (todavía), han estado tus manos: la has marcado con tus huellas dactilares, como quien perpetra un suave crimen y descuida los detalles más nimios de la coartada, como quien taladra terciopelo en los tímpanos de cualquiera que se preste a esas maravillas raras y crueles, y todas esas cosas que las ausencias traen consigo: los mares traen náufragos de los que desconocemos su procedencia...




...Sueño con vestirte de domingo. Más bien con desvestirte de domingo, en medio de un canturreo, de un "Golden Virginia" en la cuneta de la A-5 mientras me miras y el sol te ciega, y Adriano Celentano canta Ventiquattromila baci, o Vinicio Capossela dice: "Ho baciato alla morte, tesoro, adesso non posso guardarti, e nemmeno toccarti, il furbo l'ho fatto una volta di più delle carte che ho in mano, e lo scherzo non scherza col gioco e col fuoco", y yo te miro por el retrovisor, como si fueras una autoestopista desconocida con quien no paro de soñar, con sus ojeras y su voz gastada, y con quien sé que terminaré en un motel de carretera entre las sábanas más casuales y tristes de la Tierra...




...Leo el periódico del día, sí, leo noticias bizarras y me cansan las noticias. Hablan de un cambio de gobierno y de Messi. Abro el email de yahoo, con la indolencia de una siesta en Nueva Orleans, y sin querer leo el último email, que data del 2002, y apenas reconozco las palabras que me decía quien yo soñaba vestida de domingo entonces. No te lo digo, aunque esté tocando tus pies desnudos, pero lo pienso, y te acaricio, y te beso. Son formas no verbales de soñarte vestida de domingo, olor a café, cerveza, día primaveral a pesar de estar en otoño, y el documento word esperándome nervioso como el silbido que da comienzo al atraco de un banco...





...Al final todo me suena a chino: el mundo, las noticias, la música, las cunetas de las autopistas, lo que pasa por la calle, la botella de cerveza vacía, los emails antiguos, los domingos que llevo a mis espaldas: y al final me doy cuenta de que todo se resume, poco más o menos, en eso que decía Don Mc Lean en Vincent: "Este mundo nunca se inventó para alguien tan bello como tú"...

Miguel Ángel Maya
Sevilla, 24 octubre, 2010

jueves, 21 de octubre de 2010

¿DÓNDE ESTUVISTE?




...A veces los objetos estaban ahí, y no sabía cómo llegaban a la casa, o por qué. Mi recuerdo es vago, y a veces, cuando los descubro en la esquina de alguna fotografía, el recuerdo me viene de sopetón, como esos insectos que se meten en los ojos o que golpean contra el cristal...

...Como en mi casa hubo durante un tiempo un telescopio, en el recreo yo les contaba a mis amiguitos cómo era la luna: el problema es que le contaba incluso cómo era estar en la luna, a qué olía, cómo era la tierra, a qué sabía el agua de la luna...
...Yo sabía muy bien que a través del telescopio sólo se veía, y que "ver" un sitio, por muy cerca que sea, no es "estar" en ese sitio...



...Cuando supe que, en griego clásico, para decir "yo sé" se usaba la forma en pasado del verbo ver: es decir: "yo he visto", sentí la misma sensación enérgica de frescor en mis pulmones que cuando, década y media después, me comí por primera vez un granizado de guaraná en la playa de Leblâo, en Rio de Janeiro...
...Era mi coartada perfecta: yo había estado en la luna porque la había visto de cerca...
...Había visto, incluso, cómo aterrizaban los cohetes sobre ella, porque yo pensaba que era normal que los cohetes aterrizaran en la luna...




...Para mí mirar cualquier cosa a través del telescopio era una magia festiva parecida a la que sobrevenía a las primeras personas que vieron las primeras imágenes en movimiento de los primeros discípulos de los hermanos Lumière...

...Todo era lejano: la luna y el cine, para mí, eran inalcanzables, equidistantes, quiméricos, y más de una noche recuerdo pasarla en vela dándole vueltas a las triquiñuelas cutres que me inventaba, al modo de llegar a uno o a otro...
...La noche en vela frustrado, triste, porque sabía que nunca tocaría la luna con la yema de mis dedos, y pensando cómo crear mi propia magia, una magia a mi medida, buscar una coartada a mis historias del recreo, que sólo unos pocos creían abiertamente, y de las que casi todos sospechaban...




...Una vez, al salir de clase, se me puso delante María: María era una chica mala, con mala quiero decir que era una cachorrilla de Mae West: era rubia y tenía unos ojazos verdes y turbios que me fascinaban, iba despeinada, era valiente, decidida, se subía a los árboles, se juntaba con los malotes de otras clases y... era preciosa...
...Se me puso delante María y me dijo, con el ceño fruncido y la voz afónica que siempre tenía: "¿Dónde estuviste?"...
..Yo, que era incluso un poco más cobarde que ahora, titubeé y le hice entender que no entendía la pregunta...

MARÍA: "Sí, Sergio dice que les has dicho que tú estuviste en la luna, y eso es mentira"...
MIGUELITO: (Completamente avergonzado, ruborizado, trágame tierra, me quiero ir) "Y... Y ¿cómo... cómo sabes que es mentira?"
MARÍA: "Porque yo voy todos los veranos en un cohete y nunca te he visto allí".
MIGUELITO: "Yo..." (Miguelito busca argumentos, quiere hablarle del telescopio, quiere hablarle en confianza y decirle que nunca ha estado en la luna pero que la ha visto así de cerca, y quiere decirle que venga a su casa a mirar juntos la luna por el telescopio, y a comer pan con nocilla, y decirle te quiero, decirle estoy enamorado de ti, María, cachorrilla de Mae West, quiero que veas la luna como yo la veo cada noche, como si pudiéramos tocarla, sus orejas van a salir ardiendo, su estómago es un nudo, su corazón late a cien, pero lo único que consigue decir es...) Yo..."
MARÍA: (Interrumpiéndolo) "Eres un mentiroso..." (Miguelito baja la vista) "Y yo con mentirosos no me ajunto".

...María se dio la vuelta y se fue. Yo seguí su espalda hasta que se perdió detrás de la verja del patio. Incluso seguí su coleta de caballo rubia balanceándose por encima de la parte de cemento de la verja, hasta que también esa parte de ella se perdió...
...Sólo entonces dije esto: "La luna es muy grande... No tenemos por qué encontrarnos allí"... Y después esto: "Es que yo nunca voy en verano"... Y después me pregunté por qué no se me habían ocurrido esas cosas antes...
...En el cine siempre sabían lo que decir...
...Por eso yo, que tenía cinco años, estaba tan equidistante del cine como de la luna, de modo que me metí las manos en los bolsillos, y eché a andar perfilando mi historia de mi excursión a la luna, para que fuera perfecta, para que nadie pudiera pillarme a contrapié por culpa de un mal planteamiento de la historia, como acababa de hacer María, la inalcanzable María...

...Por cierto, en el bolsillo derecho tenía una castaña, pero eso ya es otra historia...



Miguel Ángel Maya
Sevilla, 21 octubre 2010

lunes, 18 de octubre de 2010

EFECTOS MARIPOSA Y OTRAS HISTORIAS



...Probablemente nada de lo que me pasó hace dos noches habría pasado si hubiera perdido el autobús que con tanto esfuerzo me gané: desde mi bajada de brazos inicial y un "ya no me da tiempo" cuando al muñequito verde del semáforo le quedaban cinco, cuatro, tres, dos, un segundo pasé a una carrera de doscientos metros y a un conductor amable que mantuvo la puerta abierta hasta que me subí jadeando...

...Por la tarde, en la oficina, había leído esta entrada en el blog de Pola Oloixarac, y le había estado dando vueltas a la "carta a la escritora" donde el autor le reprochaba a Pola que lo hubieran echado del trabajo por su culpa, por culpa de Pola...

...Y volví pensando si alguien, no sé quién ni por qué razón, podría reprocharme algo así o incluso algo peor sin que yo lo supiera...




...Una tarde, muchos años después, volví a encontrarme con L. en el Naima. L. había sido mi compañera en la clase de estética, cuando estudiaba en el conservatorio. A veces nos encontrábamos en el Naima, antes de clase. A decir verdad, yo iba al Naima esperando encontrármela, y a veces ella estaba allí. A mí L. me gustaba, pero L. estaba con G., y yo me contentaba con encontrármela en el Naima sin esperar mucho más, con compartir cafés, la clase de estética y el autobús de vuelta, cosa que sucedía cuando G. no venía a buscarla y se perdían por las calles del centro...

...Pasó el tiempo y me enteré, por terceras o cuartas bocas, que L. había dejado a G. Recuerdo que me dio un vuelco en el estómago. No sé si era alegría o algo parecido, pero me puse muy nervioso, y sentí cosas contradictorias, y pensé "qué pena que no hubiera pasado esto antes", porque yo, por aquel entonces, estaba con M...
...Me encontré con L., digo, muchos años después, en el Naima, y estuvimos hablando mucho rato. En un momento de la conversación, salió el tema de G., y yo me reí, como si nunca hubiera sufrido por el hecho de que ella y G. estuvieran juntos, como si nunca me hubiera quedando mirándolos abrazarse y besarse cuando se perdían por las calles, tragando saliva y con las manos en los bolsillos. Me reí...
...L. se puso seria y dulcemente me disparó esto: "Yo dejé a G. porque estaba enamorada de ti"...




...Pues bien, el autobús estaba lleno de gente, y yo avancé hacia la parte de atrás, abriéndome paso como buenamente podía y preguntándome para qué me he sacado la tarjetita del Sevici si por la noche cojo el autobús...
...Cuando me posicioné en la parte trasera vi a una chica rubia, preciosa, ensimismada en un libro. No sé por qué, me gustan las chicas que leen en los transportes públicos, y no puedo evitar tratar de ver lo que están leyendo, de modo que disimuladamente empecé a girar la cabeza para ver si lograba leer el título, que ella tapaba entre las manos y el bolso: era un libro de tapa dura del que, después de muchos intentos, sólo pude rescatar una palabra en inglés, ni el autor, ni el título completo, ni la editorial...
...El caso es que, tratando de leer el título del libro que leía la chica, me pasé de parada. Lo supe porque ella metió el libro en el bolso, se levantó de su asiento y le dio al botón para solicitar la parada: que ya no era la mía sino la siguiente...




...Bajamos juntos. Ella cruzó la calle sin saber que yo existía, y yo comencé a desandar el camino hacia mi casa. Antes me volví para ver de nuevo a la chica rubia, que ya había desaparecido. De refilón me fijé entonces en la parada de enfrente, donde paraban los autobuses que venían en sentido contrario al del que había venido yo. En la parada se detuvo un autobús y se subió sólo una persona...

...En la parada distinguí a G., que saludaba sonriendo, y lanzaba besos a la chica que avanzaba hacia atrás y miraba a G. desde dentro, sonriéndole con ternura. La chica era L., y hacía diez años que no la veía..
...Sé que es inverosímil, pero sucedió...

Miguel Ángel Maya
Sevilla, 18 octubre, 2010

miércoles, 13 de octubre de 2010

ACROSS THE UNIVERSE

Nothing's gonna change my world
Nothing's gonna change my world
Nothing's gonna change my world
Nothing's gonna change my world

Across the Universe, Beatles





…Supongo que esa es la sensación que tienen los astronautas o los marineros: que apenas sienten que bajo sus talones no está ya la quietud (a pesar de los quodque movetur y otros actos de fé) de la tierra firme, sienten ese cosquilleo morboso de la aventura…
…A veces me gusta conducir hacia un lugar lejano, olvidarme de todo y centrarme sólo en mi propio movimiento, como los acordes errantes de Arnold Schoenberg. Me relaja, me hace sentir bien…




…Hace dos días conducía solo por la A-92 hacia el este. Iba lejos, y todo era horizonte y tiempo, que son probablemente las dos caras de la misma moneda: el horizonte es todas las posibilidades y se parece un poco a la felicidad, mientras que el tiempo es, desde que Léo Ferré nos acunó con su terrible lucidez avec les temps, va tout s'en va aquello que se nos escurre de entre las manos…



…En la radio sonaban cassettes: el Hasta Luego de Los Rodríguez, el Emancipation de Prince, el Street Legal de Bob Dylan, y el Disco Rojo de los Beatles
…Es un cassette que siempre estuvo ahí: desde que empecé a trastear en los cassettes de mis padres, siempre estuvieron ahí: el disco rojo estaba grabado en el cassette donde mi padre había escrito BEATLES en mayúscula; el azul estaba en el cassette donde beatles estaba escrito con minúscula…
…Pensaba en que John Lennon tendría setenta años y un día si un tipo no le hubiera pegado un tiro a las puertas del portal de su casa en el Edificio Dakota…





…Y pensaba en que yo, cuando era chico, me parecía a Paul Mc Cartney, algún día colgaré fotos, y también pensé algo que no se me había ocurrido hace un año, cuando me crucé con Paul Mc Cartney en el Upper East Side de Manhattan, saliendo de un hotel y subiéndose a un taxi: que esa tarde había estado en el Edificio Dakota donde habían asesinado a Lennon, y después había cruzado Central Park, había salido por una de las salidas hacia Upper East Side, buscando un lugar donde tomarme un café, y en esa búsqueda me crucé con Paul Mc Cartney. Ahora, entonces no se me ocurrió, ahora pienso qué sentirá Paul cuando va a Nueva York, sabiendo que al otro lado de Central Park, justo donde él estaba tomando un taxi, fue asesinado John. Ahora, entonces no se me ocurrió, pienso que fue raro ir al lugar donde fue asesinado Lennon y encontrarme con Paul Mc Cartney unos minutos después...
...Es raro, con lo que me gustan estas casualidades, que no lo pensara entonces…






…Chicas libres y felices, probablemente ahora señoras, que creían en la inmortalidad: a ninguna de esas chicas feroces se les hubiera pasado por la mente que Lennon fuera a morir, imagínate si se hubieran imaginado que Lennon fuera a morir asesinado…
…A ambos lados de la cuneta se derramaban paisajes y lluvia y nombres de lugares, algunos nombres que no me esperaba encontrar y que en un par de ocasiones me dieron un vuelco en el estómago: Fuentevaqueros o Víznar, por ejemplo…
…Cuando conduzco querría tener a mano papel y lápiz (ahora me estoy acordando de la película Fandango, y del tipo que durante toda la película va conduciendo mientras lee un libro), como cuando duermo por las noches o cuando sueño en duermevela: Algún día tengo que llevarme una grabadora para grabar todo lo que se me va ocurriendo: estoy seguro de que sólo serían rescatables unos pocos segundos de entre tanta verborrea inútil de fuegos artificiales que se van quedando a orillas de la autopista, todo lo contrario de la música que sonaba por la radio…




…Y nada, quería contarlo…

Miguel Ángel Maya
Sevilla, 13 octubre, 2010

viernes, 8 de octubre de 2010

CUANDO FUI CACHORRO




...Mi particular querencia por las primeras veces me han llevado a mirarme al espejo y no ver mi rostro avec le temps va tout s'en va sino el que era cuando era un cachorro y todavía no tenía esa mirada de Bette Davis que le dice a los demás desde el fondo de los ojos las cuentas que todavía tenemos que ajustar con la vida...
...Algún día me gustaría enumerar los primeros libros que recuerdo haber devorado, para agradecerle todo: no sé, El río de los castores, o Veva, y Veva y el mar, o Soy un árbol...





...Tenía trece o catorce años cuando leí Los cachorros de Vargas Llosa. Sentía que era un libro muy alejado de mí, porque contaba las andanzas de unos niños ricos, pero a medida que avanzaba en la lectura había algo que me inquietaba: Pichulita no tenía pito, por lo de la mordedura del perro, pero el narrador (los narradores) en ningún momento lo habían dicho: Pichulita tenía un coche descapotable, y era fiestero, fanfarrón y derrochador. Así lo contaba el narrador (los narradores), pero lo más importante no me lo había contado nadie y se las había arreglado para que yo lo supiera, para que el lector que yo era con catorce años (el cachorro alejado de los niños pijo de la alta sociedad limeña) se angustiara imaginando la extraña vida de Pichulita, podrido de dinero pero sin el pito que, a medida que seguía leyendo, me alegraba de tener...

...Después leí Conversación en La Catedral, y varios más, y la mayoría me deslumbraron, pero de alguna manera ya estaba avisado: ya sabía de lo que era capaz de hacer ese tipo con las palabras...
...Nada como aquella primera vez...

...Suelo encontrarme bien en los márgenes, y generalmente me incomoda la unanimidad, la univocidad, el asentimiento en masa, y también me incomodan muchos de sus artículos, y leer en la revista que regalan con ABC los domingos lo de sus tratamientos faciales en una exclusiva clínica de Marbella...
...Pero ese tipo me enseñó a escribir, carajo, y eso que todavía no sé...

Miguel Ángel Maya
Sevilla, 8 octubre 2010

miércoles, 6 de octubre de 2010

DAVVERO SEI REALE?




...Los tejados y las antenas de los edificios, en Nápoles formaban un amasijo o un enjambre, en El Cairo eran una alambicrada difusa y gris que terminaban en un infinito amarillento y agrio y polvoriento, en La Habana los tejados son un submundo o un universo grotesco apuntalado y decadente o cadente, como casi todos los rincones de La Habana. En Madrid, los tejados que veía desde mi ventana de buhardilla, eran rojizos, y no tenían gatos, pero sí antenas...
...Desde que leí Las bestias, de Ronaldo Menéndez, no puedo evitar ver los tejados de otra forma, y las ciudades se rigen, muchas veces, por los tejados...



...Desde la azotea de la que es mi casa desde hace pocos días se ve también una colmena de ventanas y gente: por la noche hay ancianos y ancianas iluminados por la luz azulada de la televisión. Parecen figuras de cera con batas estampadas y brazos fláccidos; hay dos pisos de estudiantes, y de la terraza de uno de ellos, sale repetidamente uno de ellos para iluminar la palma de su mano con un mechero. Después fuma a escondidas entre las macetas...

...Podría pasarme horas mirando el pedazo mínimo de realidad que hay dentro de cada casa. Veo a las personas como si fueran insectos en un terrario. En La Habana, en Cerro, en Palmar entre Ceiba y Norte, frente al Parque del Pescao, lo hacía siempre: sólo que en las casas de enfrente, en La Habana, hay música, o gesticulaciones exageradas, o risotadas en eco, y no rostros azulados con sombras danzantes frente al televisor...
...En Nápoles también me embobaba tratando de desentrañar los ritmos internos de las casas que daban al patio. En Nápoles había música, televisores, camaleones y disimulos...




...Todo empieza de nuevo. Todo trata de engancharse a otro ritmo, a otra topografía: las calles, la casa, todo es una topografía nueva, como cuando uno hace el amor con otro cuerpo después de años conociendo el mismo...
...Empezar de nuevo entraña principalmente un riesgo: el frío, el probable frío esquimal que dan los cuchillos o los saltos sin red...





...Y mientras tanto me afilo los colmillos y me relamo y cuento los días para tener en mis manos El trepanador de cerebros, de Sara Mesa, aunque si yo fuera Homero y escribiera en verso, cada vez que dijera ese nombre debería decir Sara Mesa de Prosa Hipnótica, porque cuando ella escribe es como si se formara una fiesta...
...Después de la mudanza y del mambo, de subir y bajar de norte a sur por la A-5 todo se parece demasiado a un sueño...
...Davvero sei reale? Pregunto desde las alturas...

Miguel Ángel Maya
Sevilla, 6 octubre, 2010

domingo, 3 de octubre de 2010

¿QUIÉN? (2)



...No pensé que en medio de este caos encontrara tiempo o fuerza para escribir una segunda parte de aquello que se pierde, o de aquello que se abandona, o simplemente de esos testigos que cambian unas palmas de las manos por otras...

...Es curioso: me he pasado la última semana entre Sevilla y Madrid, haciendo viajes en coche, cargándolo y descargándolo, olvidándome de la casa que ya habita otra persona a pesar de que hasta ayer había todavía objetos que me pertenecían...

...Si la semana pasada dejé una maleta, esta semana dejé en medio de la calle, entre Amor de Dios y Santa María, una bolsa llena de cds. Quité una impresora del asiento del copiloto, y como no podía con una mano, puse la bolsa con cds en el suelo: era mi música, la música de mis últimos tiempos, los mp3 que me han acompañado en los últimos años...
...La música es mi sabia, mi alimento, desde por la mañana hasta que me acuesto, suena música en las cuatro paredes donde yo esté, necesito música como necesito respirar...

...Y bueno, he decidido escribirlo, porque pienso en quién tendrá ahora mi colección de cds...
...Quienquiera que seas: cuídalos bien, aunque te los encontraras por azar...
;-)



...Raquel no sabe que haciendo esto consigue básicamente dos reacciones viscerales y raras: ilusionarme y ruborizarme...
...Es curioso que haya elegido este párrafo:

"(...) Una noche conoció a una francesa casual y rubita en el Naima y estuvo toda la noche haciendo el amor contra ella. Fue un exorcismo triste, de azar de sábanas, de punzada en el deseo, pero eso le bastó por el momento para ir apuntalando una honrosa retirada, una doma de caballos salvajes. Después sólo le quedó ir aprendiendo a anestesiarse, a olvidar, a apagar la luz con la soledad de lo imposible tatuada en la piel, con la sed de lo que pudo haber sido en el fondo de sus ojos. Y poco más."

...Sobre la música elegida, no comment, que estoy muy sensible con mis músicas perdidas...

Miguel Ángel Maya
Sevilla, 3 octubre, 2010